domingo, 31 de diciembre de 2017

¡Feliz año!

Esta vez si, es hora de despedir el año y la mejor forma de hacerlo es echando la mirada atrás, poniendo en una balanza todo lo acontecido para saber cuan bueno o malo ha sido.

Foto de Icko Viqueira - Cangas, 2016




Apenas comenzaba el año y ya había tomado una serie de decisiones o determinaciones de cara al 2017, que aún considerando que eran la opción correcta para mi bienestar, han sido difíciles de asimilar ya que han cambiado mi vida de una forma drástica a muchos efectos.
La primera fue abandonar mis estudios o formación musical en Santiago, donde he estudiado el instrumento estos últimos años con Alberto Cereijo. También, tras haberlo meditado tiempo, tenía casi claro que el "Tour de las Razones", presentando La Razón del Tiempo, iba a ser mi última gira con Pacho Brea y así fue, ni siquiera la terminé, ya que abandoné la formación en Mayo y toqué mi último concierto con ellos el 3 de Junio en Valladolid.
Me he visto en la situación de tener que reorganizar mis prioridades y tenía que dejar mi compromiso con la banda una temporada. Tal vez más adelante tenga la capacidad y la entereza para comprometerme de nuevo con un grupo pero ahora mismo necesito tiempo para otros menesteres.

Leyendo solo hasta aquí casi parece que haya tirado la toalla con respecto a algo que me apasiona, como es la música ¡pero nada más lejos!
Como consecuencia de lo que os he contado hasta ahora, por fin he podido grabar el disco instrumental que venía maquinando desde hace tiempo y por fin sacarme esa espinita. No solo eso, sino que ha tenido mejor acogida de la esperada. Gracias a estas decisiones tengo tiempo para gestionar el disco, llevar al día la formación profesional que estoy cursando e incluso retomar algunos aspectos del instrumento que tenía un poco abandonados ya que ahora toco para mi. Siempre con el apoyo de mi familia, amigos y gente cercana, claro.


En definitiva, ha sido un año de altibajos; no puedo decir que haya sido malo, ya que han ocurrido cosas fantásticas para mi. Tampoco ha sido el mejor.
En cualquier caso, con respecto a todos estos balances, reflexiones... No importa cual sea nuestro veredicto final, lo califiquemos como bueno o malo, ya no podemos hacer nada por mejorarlo o cambiar el pasado. Sirve pues, para tener una mejor perspectiva acerca de las metas que queremos alcanzar el próximo año y que podemos hacer para que estas sean más asequibles.
Yo ya me he planteado un par de metas modestas para el 2018 y espero que pronto podáis disfrutar de un par de sorpresitas de las que me callo bien.

De nuevo, a riesgo de parecer un pesado, quiero agradeceros a todos los que me apoyáis y dais ánimo para continuar haciendo lo de aporrear la guitarra. Es algo que valoro y aprecio muchísimo.
Haré todo lo que esté en mi mano para seguir dando la tabarra una buena temporada.

Pero me temo que ya me he enrollado demasiado... ¡Feliz año!

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